lunes, 18 de marzo de 2013

En cada respirar (Lengualerta)

En cada respirar 
siento la vida pulsando 
siento tu aliento y tu calor 
en cada respirar 
siento tu luz mi sol, yo siento toda esta bendición 
en cada respirar 
agradezco y me entrego al sentimiento 
en cada respirar 
te contemplo con el alma llena de silencio 
en cada respirar 


vamos creando mundos nuevos, así, abriendo los brazos al viento
en cada respirar, momento a momento 
se va tejiendo este presente movimiento sí

Porque aquí ya no existe nada nada más 
el pasado se ha marchado y el futuro, está por llegar 
y para construirlo pleno y positivo 
habremos de tomar 
en este instante toda responsabilidad 


Amor mío no me dejes volver 
a ese abismo del olvido donde el viaje comencé yo 
por tu gracia desperté, y como un niño yo te sigo 
dónde me lleves iré 
amor mio no me dejes caer 
en el abismo del olvido donde el viaje comencé yo
por tu gracia desperté, y como un niño yo te sigo 

En cada respirar 
me devuelves mi destello despojándome del miedo 
en cada respirar 
me has cubierto con tu manto de consuelos 

Porque aquí ya no existe nada nada más 
toda duda se ha borrado y tu reino 
está por llegar y para construirlo en armonía contigo 
habremos de tomar en este instante toda responsabilidad 


Amor mío no me dejes volver 
a ese abismo del olvido donde el viaje comencé yo 
por tu gracia desperté, y como un niño yo te sigo 
dónde me lleves iré 
amor mío no me dejes caer 
en el abismo del olvido donde el viaje comencé yo
por tu gracia desperté, y como un niño yo te sigo 


En cada respirar 
como un niño yo te sigo


En cada respirar 
yo te sigo

Lengualerta
http://www.youtube.com/watch?v=p5jAvTZDTK4


El hermoso delirio

Si vieras a la que sin ti duerme en un jardín en ruinas en la memoria. 


Allí yo, ebria de mil muertes, hablo de mí conmigo sólo por saber si es verdad que estoy debajo de la hierba. 

No sé los nombres. ¿A quién le dirás que no sabes? 

Te deseas otra. La otra que eres se desea otra. 
¿Qué pasa en la verde alameda? Pasa que no es verde y ni siquiera hay una alameda. 

Y ahora juega a ser esclava para ocultar tu corona ¿otorgada por quién? ¿quién te ha ungido? ¿quién te ha consagrado? 
El invisible pueblo de la memoria más vieja. 

Perdida por propio designio, has re­nunciado a tu reino por las cenizas. 


Quien te hace doler te recuerda antiguos homenajes. No obstante, lloras funestamente y evocas tu locura y hasta quisieras extraerla de ti como si fuese una piedra, a ella, tu solo privilegio.


En un muro blanco dibujas las alegorías del reposo, y es siempre una reina loca que yace bajo la luna sobre la triste hierba del viejo jardín. 

Pero no hables de los jardines, no hables de la luna, no hables de la rosa, no hables del mar. 
Habla de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor in­cesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu traición. 

Es tan oscuro, tan en silencio el proceso a que me obligo. 
Oh habla del silencio.

A. Pizarnik

enero 13 (Raquel Ávila)